jueves, 2 de diciembre de 2010

Fanfic de Slayers: "El agua del olvido" capítulo 4 up!!








Disclaimer: Slayers no me pertenece, sus creadores son Hajime Kanzaka y Rui Araizumi, solo estoy pidiendo prestados a sus personajes para crear este fan ficción.


Este fanfiction es un AU (universo alterno) por lo que no necesariamente será exactamente como el mundo de slayers, pueden haber otros personajes, enemigos y aliados que complementen la historia, además hago una advertencia, este fanfic aunque al principio solo tendrá escenas suaves de romance, con el paso de los capítulos se volverá muy lemonosa, así que, si no eres mayor de edad o no te gusta el contenido erótico no leas, yo ya he cumplido con mi parte de informarte, ahora queda en tus manos si lees o no, pero si consideras seguir leyendo esta historia, permíteme decirte querido lector que no te arrepentirás ^^ trataré de hacer mi mejor esfuerzo para que sea de tu agrado.



Capítulo 4: “Difícil decisión”


Mientras Lina  Inverse corría camino a Sailoon con sus amigos tratando de alcanzarla, Xellos permanecía sentado sobre la rama de un árbol frondoso, esperando pacientemente a que llegara hasta el punto donde sus problemas darían comienzo.

-¡Lina  espera! ¡Corres muy rápido!-le gritó a lo lejos Ameria.

-¡ustedes son unas tortugas! ¡Si no se dan prisa tendrán que pagar el doble!-contestó la hechicera, en eso algo hizo a la hechicera detenerse en seco, derrapando en el suelo, quiso elevarse, pero parecía que una fuerza invisible le jalaba de los talones hacia abajo, vio a sus amigos a punto de llegar hasta allí y se apresuró a advertirles, pero unas raíces oscuras aparecieron de entre las profundidades de la tierra  rodeándola y tapándole la boca para que no pudiera pronunciar ningún hechizo.

Cuando los demás aventureros llegaron y la vieron envuelta en una masa de raíces negras, intentaron liberarla, pero todos sus esfuerzos fueron en vano, las extensiones se movían lo suficientemente rápido como para esquivar sus ataques, además la magia común parecía no afectarles.

-¡pero qué es esto!-gritó Zelgadis intentando liberarse de las ataduras de tinieblas.

El clérigo de cabellera violeta sentado en la rama de un árbol, continuaba viendo con una sonrisa socarrona la escena.

-parece que tienes problemas Lina-san.

-¡¡¡HMMMM!!-de la pelirroja solo se escuchaban berrinches ininteligibles.

-¡Xellos-san, que bueno que ha aparecido por favor ayúdenos!-suplicó Ameria intentando alejar a esas raíces oscuras que subían por sus rodillas.

-lo siento Ameria chan, pero no puedo hacer eso, no al menos hasta que me lleve a esta señorita a dar un paseo.

-¡¿Qué?!-la mirada de los tres aventureros se enfocaron en la hechicera, que lo único que hacía era berrear y forcejear deseando tener al mazoku en sus manos para hacerlo picadillo.

-yo quería solucionar nuestros problemas pacíficamente, pero parece que Lina-san no quiere cooperar, así que me la llevo-dijo el demonio cargando en sus brazos a la furiosa muchacha y a continuación desaparecieron cruzando un portal astral que se había abierto en el espacio.

-¡vuelve aquí basura!-gruñó el espadachín de piedra cuando se vio liberado de esas madejas oscuras.

-¡Linaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!-Gourry corrió con todas sus fuerzas hacia la grieta dimensional, pero a pesar de eso no logró llegar a tiempo, con tristeza vio como se esfumaba ante sus ojos.

-¿ustedes creen que Xellos san quiera hacerle daño a Lina?-preguntó la princesa angustiada.

-qué pretenderán hacer con ella ¡maldita sea!

-cálmese Zelgadis san, tal vez si utilizamos el péndulo podamos saber donde se encuentra-opinó Ameria, Zelgadis sacó un mapa de su bolsillo y puso el péndulo colgado sobre él, pero no había ninguna reacción.

-¿Por qué no se mueve?-preguntó Ameria, Gourry también se había acercado con curiosidad.

-no está en ningún lugar que conozcamos… lo que me da a pensar que se encuentra en algún lugar desconocido del plano astral-dijo con impotencia el chico de rostro azul.

-¿y donde se encuentra eso?-preguntó inocentemente el rubio.

-no es un lugar al que los humanos corrientes podamos llegar, además el solo hecho de crear un portal ya supone un esfuerzo considerable.

-entonces Zelgadis san ¿eso quiere decir que tendremos que esperar a que ellos solucionen sus problemas y regresen?

-así parece-masculló con molestia el mago espadachín, Gourry bajó la mirada pensando en qué horrible lugar podrían  estar su amiga y ese demonio al que comenzaba a tomar dura desconfianza.

Lina no alcanzaba a ver hasta donde llegaba el límite de la inmensa oscuridad abismal en la que se encontraban, se escuchaban ecos espectrales y el aire a muerte le apagaba la respiración.

-¡¡HMMMM!-chilló alarmada cuando sintió repentinamente un frío glacial calándose en sus huesos.

-resiste, ya vamos a llegar a terreno seguro-dijo la voz del mazoku calmándola, aunque no sirvió de nada.

-¡HmmmmHmMMMMM!!!!

-¿qué dices? No te entiendo-bromeó Xellos mientras ella seguía forcejeando.

De pronto la oscuridad fue reemplazada por la tenue luz de unas antorchas, que colgaban de las rocosas paredes de aquél extraño lugar, a Lina le sonaba a ruinas de alguna especie de torre, oía el viento que silbaba a lo lejos y los truenos resonando con furia en las afueras.

-se revolvió con más fuerza haciéndole saber lo incómoda que comenzaba a sentirse con  esas raíces a punto de estrangularla, él le sonrió con malicia.

-ama, creo que ya puedes quitarle las amarras-le habló al vacío con voz cansina y aburrida, en ese momento las ataduras desaparecieron liberándola al fin.

-¡¡¡bájame Xellos!!! ¡¡Quítame las manos de encima!!-ordenó con un ataque de histeria.

-bueno, si tú insistes-contestó soltándola sin más, provocando que la hechicera cayera de cola al suelo.

-¡hijo de p…!

-¡sht sht sht…! No tengo ganas de soportar tus berrinches ahora… así que calladita o le pediré a mi ama que te vuelva a amordazar.

-oh… ¿ya no puedes hacerlo por ti mismo?-se burló Lina.

-podría hacerlo si no me faltara parte de mi esencia, la cual te recuerdo que posees.

-pues que mala suerte que tienes, porque no la pienso entregar.

-vas a tener que querer… mi vida depende de ello-le dijo con expresión seria.

-… ¿tu vida dices?-ella lo miró con incredulidad.

-vine aquí  para hacer una tregua contigo, no puedo posponerlo más tiempo, necesito con urgencia mi energía de vuelta, si lo haces te daré a cambio los tesoros más valiosos e interesantes que hayas podido imaginar, los que tu desees Lina-san-sedujo el, tomando con delicadeza un mechón de sus rojos cabellos, palpándolo, percibiendo su aroma adolescente, por su parte la joven tenía los ojos brillando en la ambición, la tentación se estaba apoderando de su juicio, sin embargo, alguien importante vino a sus pensamientos.

-¡No! ¡NUNCA! ¡No podría! ¡No voy a hacerlo con alguien que no amo! ¡Ya te lo dije antes hasta cuando quieres que te lo repita!-declaró angustiada.

-¡claro!... ya veo, si te entregas a mi, te sentirás como si le hubieses fallado a él ¿es eso verdad?

-¡no sé de qué estas hablando!-se exaspero la hechicera sonrojándose ante la deducción del demonio, que ahora le acariciaba el brazo con suavidad provocándole escalofríos.

-Lina… no tengo intensiones de irrumpir en tus asuntos sentimentales, pero necesito tu ayuda para seguir existiendo-le dijo con voz dulce mientras que la joven cerraba los ojos tratando de no sucumbir a esa extraña sensación que le martirizaba desde hace días.

-¿y qué te hace creer que accederé?-contestó levantándose del suelo para intentar buscar una salida, el clero de cabellos violeta lanzó un suspiro y sonrió con la divertida situación que veía venir.

-¡Ahaaaaaaaa! ¡Desgraciado demonio de cuarta! ¡Tramposo como pudiste! ¡¡Ven aquí y échame una mano!!-se escucharon los gritos de Lina haciendo eco por todo el lugar, él estalló en carcajadas y se dirigió a ver como la encabronada pelirroja intentaba sostenerse de unas rocas para no caer al vacío.

-hola Lina-san ¿planeabas levitar? Jajaja.

-¡deja de reírte Zopenco y ayúdame a subir!

-bueno, si me lo pides por favor a lo mejor yo…

-puedes irte a la…-el pelivioleta no la dejo continuar con su rosario de insultos, la tomó del brazo y de un jalón la alejo de aquél precipicio albergándola contra su pecho, Lina se puso nerviosa y huyó inmediatamente de su cercanía, poniéndose a resguardo.

-¿tu ama también te está ayudando a crear un campo afuera de esta torre?-preguntó con una ceja alzada.

-son demonios de la tierra que pueden controlar la gravedad a su antojo, a todo esto te informo que estamos a más de setecientos metros de altura, así que no se te ocurra destruir el lugar, a menos claro que quieras suicidarte-advirtió con una sonrisa de oreja a oreja, la hechicera pensaba que no valía la pena hablar de más, en cambio pasó en tromba buscando otra salida, debía haberla dentro de esa torre, pero cuando iba a continuar  su recorrido y se dio cuenta que Xellos no la seguía, miró hacia atrás encontrándose con que estaba sosteniéndose de una de las paredes, respirando a bocanadas, con el rostro traslúcido y lleno de una inusual desesperación.

-no… esto no puede estar pasando ahora ¡¡Hggg!!-se quejó arrodillándose en la superficie.

-¿Qué es lo que te ocurre?-preguntó ella turbada viendo como el mazoku intentaba contener su dolor.

-ya te lo dije… mi tiempo se… agota

-entonces… realmente estas… estas…

-estoy… muriendo Lina... harf… harf…-jadeó debilitándose.

-dime la verdad Xellos ¿Qué fue lo que Pharos te hizo?

-debería decir que es un secreto, pero… voy a rebelártelo, porque tienes en parte, derecho a saber… que parte de mi es la que tienes contigo-al escuchar estas palabras Lina se arrodilló junto a él poniéndole toda su atención.

-¡vamos habla!-le ordenó.

-cuando Pharos me atacó la primera vez que nos enfrentamos, él sabía que no podría vencerme como a un demonio común y corriente, de modo que creó un hechizo que fuera capaz de separar la parte más importante de mi esencia que me compone como demonio.

-¿la más importante?-los ojos de la muchacha se abrieron con asombro, ya casi podía imaginar lo que él estaba a punto de mencionar.

-sabes perfectamente que me refiero a aquél poder proveniente del más alto trono de las tinieblas, nuestro creador supremo.

-la herencia de los demonios, el poder del señor de las pesadillas-terminó ella la frase con seriedad.

-exacto, Pharos te eligió como contenedor temporal porque tenías una gran capacidad para manejar la magia caos, eres una humana muy peculiar, te admiro ¿sabes?

-¡¡¡no digas payasadas como esas en un momento como este!!!-le recriminó sonrojada.

-sin los poderes que ahora posees, yo no tengo identidad definida, soy una mezcla de experiencias vividas y conocimientos sin valor, incluso si volviera a mi forma original no haría más que complicar las cosas, de hecho he decidido seguir con este cuerpo porque sería muy incómodo, bueno tú sabes de lo que hablo.

-y se puede saber ¡¿por qué rayos Pharos puso la maldita condición de que para recuperar tus energías debes tener sexo conmigo?!-le gritó Lina que ya no podía más de la indignación.

-porque… era un pervertido-la pelirroja lo miró con ganas de estrangularlo sin importar que él estuviera entre la vida y la muerte.

-bueno… y también porque el sexo es uno de los rituales canalizadores más antiguos conocido para intercambiar energía, claro que no esperaba que fuera a aplicarlo entre nosotros, eso fue… inesperado-habló con dificultad sintiendo como su forma material desaparecía poco a poco.

-estás… desapareciendo…

-lo sé y no puedo seguir desperdiciando más tiempo, así que necesito que me des una respuesta ¿vas a ayudarme… o me dejaras morir?

-esto… es… demasiado para mi, me supera… la verdad es que… no sé qué hacer-confesó la chica pasándose una mano por los cabellos.

-quizá ahora entiendes la razón por la que estoy tan desesperado, quiero vivir ¿qué harías tú si estuvieras en mi lugar Lina san?-el tono de su voz estaba cargado de seriedad, lo cual demostraba verdaderamente su genuina preocupación.

-Xellos…

-no puedo obligarte a esto, la única dedición es tuya, si vivo o muero está en tus manos ¿comprendes? Escúchame Lina, ganarás mucho más dejándome vivo, te juro por lo que más quieras que te daré las joyas más preciosas, las mejores espadas mágicas o legendarias que hayan sido forjadas, montañas de oro, lo que tu quieras, pero no me dejes morir-le suplicó mientras se volvía más traslúcido a cada instante que pasaba, ella bajó la mirada tratando de enfocar sus pensamientos en el veredicto, pero en su interior todo estaba en conflicto.

-Lina

-yo…

-por favor

-lo siento Xellos, no puedo decidir sobre esta situación, ódiame cuanto gustes, pero… no puedo-le dijo la pelirroja con pesar, tratando de endurecer su corazón para soportar el peso de la culpa que caía sobre sus hombros, no obstante, sería peor hacer algo que implicara sacrificar su integridad física y mental para la salvación de un ser en el que ya no confiaba. Sabía que era egoísta de su parte, pero si lo hacía no soportaría ver a Gourry a la cara y menos a si misma cuando se viera al espejo, allí solo vería suciedad y arrepentimiento, ni con toda la fortuna del mundo podría sentirse mejor.

-entonces… has decidido omitir-le recriminó, mas ella no contestó, parecía como si le hubieran comido la lengua los ratones, de reojo Lina podía contemplar como esa mirada lila se teñía de resentimiento y dolor.

Un silencio incómodo reinó en el sombrío lugar.

-voy a abrir un portal con la energía que me queda, vuelve con tus amigos, no te daré el gusto de verme desaparecer-nunca las palabras del mazoku habían sonado tan frías y duras, pero era entendible sabiendo que su verdugo no había tenido piedad a la hora de decidir, ahora él tampoco sería considerado con ella.

-Xellos…

-vete-dijo él abriendo un agujero en el espacio, la energía lo abandonaba a pasos agigantados.

-date prisa, el tiempo corre.

-… ya voy-musitó ella con la voz apagada, levantándose como si llevara pesadas cadenas.

Al llegar al portal se quedó allí parada como si cruzarlo le costara punzantemente, sentía una sensación que la agobiaba desde lo más profundo, tenía ganas de llorar, impotencia y muchas otras emociones dolorosas, pero frente a él sería fuerte, su decisión ya estaba tomada.

Lentamente se giró a verlo por última vez, su cuerpo ya casi rozaba la inexistencia, parecía casi un espectro bajo la tenue luz anaranjada de las antorchas… él levantó suavemente su mano en señal de despedida, aún con esa mirada herida, como quería Lina gritarle que no era su culpa, que no lo hacía por maldad.

-Adiós… vete ya-susurró Xellos mientras la joven seguía allí parada, sin atreverse a mover un solo músculo.

Era el momento en que la energía del demonio estaba comenzando a llegar a su límite, el portal se cerraba y ya no podía retenerlo más, ni tampoco a su propia vida, pero para su sorpresa sucedió algo realmente inesperado, porque cuando creía que nada podría salvarlo de su fin, vio anonadado como Lina Inverse corría hacia él a toda velocidad, para después abalanzarse, tratando de retenerle en un abrazo impetuoso para que no se fuera.

Ella buscó entre el humo etéreo, aquellos labios que todavía estaban abiertos de asombro y los besó con desesperación, sintiendo que algo dentro de su corazón  se quebraba.

En ese momento una luz violeta los envolvió a ambos brillando sutilmente, la que después fue creciendo con el paso de los segundos hasta convertirse en un gran fulgor que iluminó todo el lugar… la luminosidad poco a poco fue menguando, dejando solo el leve parpadeo de las antorchas.


Xellos aún podía sentir los labios de la hechicera besándole torpemente y sus finos brazos temblorosos rodeándole como si fuera lo más importante en su vida, estaba pasmado, muriendo de curiosidad por saber que había llevado a la joven a cambiar de opinión, sin embargo, continuó probando el sabor de esos labios inexpertos a los que guiaba, enseñándoles a llevar el ritmo cadencioso de un buen beso apasionado.

La estrechó entre sus brazos, mientras seguía robándole el aliento con sus besos, hasta que ella rompió la cercanía en busca de aire para controlar a su corazón, que latía desbocado, como un caballo de carreras.

Lina se llevó horrorizada una mano a la boca mientras sus mejillas se arrebolaban con violencia por lo que había acabado de hacer, la verdad lo único que deseaba, era que alguien le diera un buen golpe que la dejara inconciente durante días para redimir sus faltas.


-¿Por qué lo hiciste?-preguntó intrigado, mirándola con esos rasgados ojos violeta, la chica no sabía que contestar, mantuvo el silencio tratando de encontrar la respuesta, pero no la tenía.

-¿Por qué me besaste Lina san?-insistió poniéndola nerviosa con su contacto.

-no… ¡no lo sé!-le gritó enfadada evitando su mirada.

-¿segura que no lo sabes? ¿Por qué te estará latiendo el corazón tan rápido?-le preguntó con malicia, ella finalmente se decidió a encararlo.

-¡Cállate estúpido! ¡Lo hice porque…! Fue… fue un impulso.

-oh… ya veo, de todas formas, de no haber sido por ese beso señorita, yo no estaría aquí, así que se lo agradezco profundamente.

-¡¿quién quiere tu gratitud?! ¡¡Suéltame ya!!-forcejeó para alejarse de esos brazos que la rodeaban.

-bueno, tengo que advertirte Lina, que ese “beso salvador” no me ha devuelto la esencia por completo, razón por la que te seguiré fastidiando a donde quieras que vayas, aunque pases toda una vida conmigo detrás de ti, pero lograré que me la devuelvas ¿te quedó claro?-para la hechicera esa fue como una sentencia de muerte, no se sentía cómoda con la situación, sobre todo porque ese “beso”, había sido el más apasionado que recordaba haber dado en su vida y porque lo peor era que le había gustado, en ese instante podía sentirse defraudada de si misma.

-llévame de vuelta, mis amigos deben estar preocupados-su voz se escuchó opacada y cansada, no deseaba discutir acerca del asunto, pero Xellos tenía una duda en esa cabecita traviesa que no lo dejaba tranquilo.

-Lina san antes de eso, quiero preguntarte…

-¡que cosa!-gruñó ella perdiendo la paciencia.

-bueno, ¿te ha gustado?-ante la pregunta ella se puso como remolacha, no iba a responder ni aunque la amenazara.

-el que…

-pues el beso, yo voy a ser sincero contigo, realmente… creo que puedes mejorar, eres inexperta, pero es algo que se puede pulir con el tiempo ¿no crees?

-¡T... Tú! ¡¡¡C… como te atreves demonio de pacotilla!!! ¡Ahora entiendo porque Filia siempre se enfadaba contigo! ¡Pervertido!-le gritó histérica.

-¿he? ¿Quién es Filia?-preguntó atónito sin saber de quien hablaba la hechicera.

-¿q… qué?.... Filia, la diosa dragón dorado de fuego…

-¿dragón dorado?-la cara de Xellos se puso pálida.

-… Xellos te estoy hablando de Filia Up Copt con la que siempre tiendes a discutir como si fueras un crío, ah, si a todo esto ella está haciéndose cargo del pequeño Val ¿te acuerdas de él?
-¿Val…?

-Valgrav…-insistió Lina aturdida por la actitud amnésica del demonio que parecía estar hablando en serio.

-no… no recuerdo, puede ser que quizá la falta de mi esencia me esté provocando… alguna especie de laguna mental, pero nunca había oído hablar de alguno de ellos, además ¿por qué dejaría vivo a un dragón dorado? eso es ridículo-ante esas palabras ella guardó silencio, era preferible callar para no poner más dificultades en la vida de su amiga, sinceramente no entendía lo que estaba pasando, pero seguro que era algo grave.

-olvídalo, no tiene importancia, es… alguien que lleva el nombre de dragón dorado, pero es una simple humana-atinó a decir astutamente para salir del paso, ya averiguaría más acerca de lo que ocurría con la memoria del mazoku, ahora lo importante era salir de ese lugar.

-Los humanos son así, a veces toman el nombre de criaturas míticas y demonios para sobresalir o identificarse de entre los demás, pero tú tienes un nombre que podría interpretarse como… “eres más de lo que aparentas”

-¿eso fue un piropo?-preguntó con sorna arqueando una ceja.

-no, no lo fue.

-que alivio-contestó siguiéndole el juego con aire travieso, él la miró divertidamente mientras abría un portal que los llevara a las afueras de Sailoon.

-antes que crucemos Lina…

-¡y ahora que quieres!

-nada, solo un besito de despedida-la pelirroja ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar, sus ojos se abrieron de par en par al sentir otra vez los labios del mazoku rozando sugerentemente los suyos invitándola a profundizar el beso, ella cerró sus orbes marrones con fuerza intentando resistirse a la tentación de disfrutar el momento, pero había algo en Xellos que ahora no le dejaba indiferente, sentía una especie de peligrosa atracción que nunca había estado allí hasta ahora y eso le estaba haciendo perder la batalla.

-¡¡llévame con mis amigos de una vez y no vuelvas a besarme o destruyo todo este lugar, sin importarme un comino que me mate en el intento!!

-me arriesgaría-se bufó él.

-¡no me provoques Xellos!

-ya… está bien, dame la mano-al escucharlo lo miró de forma asesina.

-no te pongas así, dame la mano no querrás perderte en otra dimensión, estamos muy lejos de tu mundo-en respuesta la hechicera le pasó parte de su capa para que la sujetara.

-vamos cógela- insistió de mal humor y el mazoku no hizo más que obedecer para después cruzar con ella el espacio – tiempo.

Xellos y Lina habían aparecido a varios metros más allá de donde los amigos de ella esperaban, se encontraban detrás de unos árboles.

-nos veremos pronto Lina san.

-¡eso! Corre antes de que mis amigos intenten hacerte papilla.

-oye, luces más linda cuando te sonrojas que cuando te enfadas.

-¡esfúmate ya bribón!-exclamó exasperada, su risa traviesa fue lo último que escuchó antes de que se fuera, entonces… y solo entonces se dio el lujo de lanzar un profundo suspiro de alivio, intentó calmarse antes de poder encaminarse hacia sus amigos, pero su corazón seguía latiendo incontrolable bajo su pecho.

-haber… tienes que calmarte primero… cálmate… cálmate… ¿estas lista? ¿Si?-se decía, dándose valor para encararlos, sin sentirse avergonzada por lo que había ocurrido en ese detestable lugar y cuando hubo mantenido el control finalmente avanzó con paso seguro.

-¡muchachos miren es Lina!-exclamó feliz el rubio, viendo aparecer a su amiga de entre los árboles del bosque.

-¡Lina!-Zelgadis y Ameria corrieron a su encuentro.

-hola amigos.

-¿Cómo estas Lina?-el alto espadachín la miró de arriba abajo para ver si tenía alguna herida o magullón.

-¡donde está ese canalla!-bramó el chico quimera a punto de desenvainar su espada.

-¿te hizo algo Xellos Lina?-le preguntó Ameria, notando como ella se sonrojaba, todos esperaron expectantes a que respondiera.

-pueden estar tranquilos, estoy bien.

-uf… menos mal-exhalaron al mismo tiempo.

-¿entonces ya arreglaron sus problemas?

-más o menos Gourry, ¡ah! Pero, olvídenlo, no Vale la pena ¡mejor vamos al reino de Ameria! ¡Me muero de hambre!-les dijo corriendo.

-de seguro que se parará en la primera posada que encuentre dentro del reino y tendremos que pagar-lanzó Gourry con pesimismo.

-y todo por que no va a esperar a llegar hasta el palacio, supongo que es mejor verla así de animada ¿no lo creen?

-sinceramente princesa, pienso que ella nos está ocultando lo que realmente ocurrió y no me quedaré tranquilo hasta averiguarlo.

-yo tampoco-dijo Gourry con desacostumbrada seriedad.

-¡oigan dense prisa tortugas!-desafió Lina.

-¡¿cómo que tortugas?!-exclamaron todos y la siguieron en el camino hacia Sailoon.


Continuará…

¿les ha gustado? por favor dejenme comentarios para conocer su opinión ^^






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